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Las últimas teóricas

A continuación una reflexión sobre las últimas teóricas, con exceso de citas. Se puede acompañar con otra obra musical compuesta en los campos nazis (Cuarteto para el fin de los tiempos, Olivier Messiaen).

Sobre buscar a dios en el arte

Este punto y el último sobre la clarividencia se unen en la siguiente interpretación de “La Zona” de Andrei Tarkovsky, en dónde la construcción de un nuevo universo es atravesado por la fe y lo divino:

https://es.scribd.com/doc/283363562/Problemas-de-interpretacion-en-la-obra-de-Andrei-Tarkovski

“(…) el artista reproduce en la creación de una imagen que de forma independiente recoge lo absoluto. Con ayuda de esta imagen se fija la vivencia de lo interminable y se expresa por medio de la limitación; lo espiritual, por lo material; lo infinito, por lo finito. Se podría decir que el marte es símbolo de este mundo, escondida para nosotros por la práctica positivista y pragmática.” Tarkovsky

"El arte como aquello que representa lo que hay de eterno en el mundo." Stanisław Przybyszewski

"El autor debe estar en su obra como Dios en el universo: presente en todas partes, pero en ninguna visible." Flaubert

Sobre lo ético y lo émico

En la teórica de Luis Campos, se presentó modos y consejos de aproximación a culturas ajenas a la propia. Y se hizo hincapié en metaforizar en la obra audiovisual algo que pueda representar la cultura foránea, un contenido que que quiera transmitir el artista desde sus inquietudes. De alguna manera, se incita a formular una hipótesis a priori y corroborarla.

Aquí me parecen importantes los términos éticos y émicos de la disciplina antropológica y etnográfica.

Las culturas, en especial las de tradición oral, quizás no tienen racionalizado su universo cultural como para poder explicarlo de manera entendible a un investigador foráneo. El antropólogo debe, en consecuencia, interpretar a un nativo por dos vías posibles. De manera ética, comparará la cultura ajena con la suya propia, y hará paralelismos por contraste, analizará desde su propia lógica que carga (que, sin ser cuidadoso, puede caer en el etnocentrismo). De manera émica, su deberá sumergir en la cultura nativa para intentar generar una aproximación desde el lenguaje, pensamiento y lógica nativa. Esta última metodología requiere una inmersión, mucho más tiempo y confianza por parte del investigador.

Quizás es iluso querer llegar a una interpretación émica en el poco tiempo que tengamos de convivir con una cultura foránea, pero me parece relevante poder llegar quizás a atisbar una hipótesis émica y hacer metáfora desde esa conjunción (no solo choque) de universos culturales distintos.

Sobre el pensamiento mágico

El arte puede captar aquello que nos excede, de ahí su naturaleza polisémica y símbolica.

"El arte es un modo de aprehender aquello que de otro modo es imposible captar, que excede de la experiencia humana." August Zamoyski

"El arte no reproduce aquello que es visible sino que hace visible aquello que no siempre lo es" Paul Klee

Sobre el pensamiento mágico que presentó Andrés Gatto como aspecto importante de la materia, cito un texto de Umberto Eco de su escrito “El mago y el científico”:

“¿Qué era la magia, qué ha sido durante los siglos y qué es, como veremos, todavía hoy, aunque bajo una falsa apariencia? La presunción de que se podía pasar de golpe de una causa a un efecto por cortocircuito, sin completar los pasos intermedios. Clavo un alfiler en la estatuilla que representa al enemigo y éste muere, pronuncio una fórmula y transformo el hierro en oro, convoco a los ángeles y envío a través de ellos un mensaje.

La magia ignora la larga cadena de las causas y los efectos y, sobre todo, no se preocupa de establecer, probando y volviendo a probar, si hay una relación entre causa y efecto. De ahí su fascinación, desde las sociedades primitivas hasta nuestro renacimiento solar y más allá, hasta la pléyade de sectas ocultistas omnipresentes en Internet.

La confianza, la esperanza en la magia, no se ha desvanecido en absoluto con la llegada de la ciencia experimental. El deseo de la simultaneidad entre causa y efecto se ha transferido a la tecnología, que parece la hija natural de la ciencia. ¿Cuánto ha habido que padecer para pasar de los primeros ordenadores del Pentágono, del Elea de Olivetti tan grande como una habitación (los programadores necesitaron ocho meses para preparar al enorme ordenador y que éste emitiera las notas de la cancioncilla El puente sobre el río Kwai, y estaban orgullosísimos), a nuestro ordenador personal, en el que todo sucede en un momento?

La tecnología hace de todo para que se pierda de vista la cadena de las causas y los efectos. Los primeros usuarios del ordenador programaban en Basic, que no era el lenguaje máquina, pero que dejaba entrever el misterio (nosotros, los primeros usuarios del ordenador personal, no lo conocíamos, pero sabíamos que para obligar a los chips a hacer un determinado recorrido había que darles unas dificilísimas instrucciones en un lenguaje binario). Windows ha ocultado también la programación Basic, el usuario aprieta un botón y cambia la perspectiva, se pone en contacto con un corresponsal lejano, obtiene los resultados de un cálculo astronómico, pero ya no sabe lo que hay detrás (y, sin embargo, ahí está). El usuario vive la tecnología del ordenador como magia.

Podría parecer extraño que esta mentalidad mágica sobreviva en nuestra era, pero si miramos a nuestro alrededor, ésta reaparece triunfante en todas partes. Hoy asistimos al renacimiento de sectas satánicas, de ritos sincretistas que antes los antropólogos culturales íbamos a estudiar a las favelas brasileñas; incluso las religiones tradicionales tiemblan frente al triunfo de esos ritos y deben transigir no hablando al pueblo del misterio de la trinidad y encuentran más cómodo exhibir la acción fulminante del milagro. El pensamiento teológico nos hablaba y nos habla del misterio de la trinidad, pero argumentaba y argumenta para demostrar que es concebible, o que es insondable. El pensamiento del milagro nos muestra, en cambio, lo numinoso, lo sagrado, lo divino, que aparece o que es revelado por una voz carismática y se invita a las masas a someterse a esta revelación (no al laborioso argumentar de la teología).

Querría recordar una frase de Chesterton: "Cuando los hombres ya no creen en Dios, no es que ya no crean en nada: creen en todo". Lo que se trasluce de la ciencia a través de los medios de comunicación es, por lo tanto -siento decirlo-, sólo su aspecto mágico. Cuando se filtra, y cuando filtra es porque promete una tecnología milagrosa, "la píldora que...". Hay a veces un pactum sceleris entre el científico y los medios de comunicación por el que el científico no puede resistir la tentación, o considera su deber, comunicar una investigación en curso, a veces también por razones de recaudación de fondos; pero he aquí que la investigación se comunica enseguida como descubrimiento, con la consiguiente desilusión cuando se descubre que el resultado aún no está listo. Los episodios los conocemos todos, desde el anuncio indudablemente prematuro de la fusión fría a los continuos avisos del descubrimiento de la panacea contra el cáncer.”

Texto completo: http://elpais.com/diario/2002/12/15/opinion/1039906807_850215.html

Sobre la clarividencia

Sobre la clarividencia del arte, esa posibilidad de crear nuevos universos, dice Ayn Rand:

"El arte da al hombre la experiencia de vivir en un mundo donde las cosas son como deberían ser. Esta experiencia es de crucial importancia para él: Es su salvavidas psicológico. Dado que la ambición del hombre no tiene límite, dado que su búsqueda y logro de valores es un proceso que dura toda la vida -y cuanto más elevados los valores, más dura es la lucha-, el hombre necesita un momento, una hora, cierto período de tiempo en el cual pueda experimentar el sentido de su tarea terminada, el sentido de vivir en un Universo donde sus valores hayan sido exitosamente realizados. Es como un descanso, un momento de repostar combustible mental hacia nuevos logros. El Arte le da este combustible, un momento de alegría metafísica, un momento de amor por la existencia. Como un faro, alzado sobre los oscuros cruces de caminos del mundo, diciendo "Esto es posible".


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